lunes, 14 de octubre de 2013

DOS PERRITOS, EL CONEJO, EL GATO Y UN PLANETA POR SALVAR

Hace algún tiempo, no recuerdo cuánto, existieron dos perritos, un conejo y un gato que eran muy amigos. En la frescura de la naturaleza y la belleza de sus paisajes, salían a pasear por una pequeña fuente de agua, jugaban por entre los verdes y floridos jardines, saltaban entre frondosos matorrales y se deleitaban del descanso en las verdes praderas que el ambiente les permitía. En este juego vivían felices día tras día, hasta que a su morada llegó de vecina una familia integrada por el papá, la mamá y sus tres pequeños niños. Una familia ejemplar, en donde reinaba el amor y el calor humano. Pero tenían un gran problema… les gustaba el derroche ambiental. En las mañanas, los niños disfrutaban de cálidos baños en los que sin medir el tiempo, a tazadas se mojaban el uno al otro, conectaban y dejaban abierta la manguera. Ya cambiados, salían a jugar al aire libre, sin tener la precaución de no pisar el verde prado y los cultivos allí existentes. Ya cansados de los juegos, solían volver a casa, a las habitaciones de cada uno, en donde a su gusto encendían el televisor, para ver los programas favoritos. En el cansancio de los juegos y el atención de los programas televisivos, el sueño les invadía y los televisores quedaban prendidos. A los adultos poco les interesaba lo que sucedía, pues lo que querían era la felicidad de los niños. Pasados algunos días, las plantas dejaron de producir, la fuente de agua se fue secando y los perritos, el conejo y el gato empezaron a sufrir. Sus alimentos escasearon y no tenían a dónde acudir para poder subsistir. Pensaron en cambiar de morada pero no fue posible. “Mono”, el perrito menor, un cahorro, de escasos 6 meses enfermó de pancreatitis, por no consumir la cantidad debida de agua para su bienestar. El conejo adelgazó y se llenó de llagas en las plantas de las patas. El gato falleció insolado debido un intenso calor que por algunos días azotó a la región. La familia vecina extrañó que los animalitos vecinos no salieran como de costumbre a jugar. Acudieron a su morada y al ver el triste panorama se pusieron a llorar. Lamentaron la muerte del gatito y como pudieron ayudaron a salvar a Mono y a su amigo conejo. Al dialogar sobre lo acontecido, la familia se dio cuenta del daño que venían haciendo. Realizaron un pacto y acordaron que de ahora en adelante sólo abría un televisor en el hogar, los niños se bañarían en la regadera y los televisores sobrantes serían donados a instituciones de bienestar. Con las nuevas medidas el ambiente recobró su frescura, colorido y tranquilidad. Los animalitos volvieron a jugar y la familia carente de Cultura ambiental se convirtió en protectora y difusora de medidas de cuidado ambiental.

1 comentario:

  1. Este cuento como los otros me parece muy interesante y bastante relacionado a la realidad ya que, esto que pasa aqui es muy similar a las situaciones que suceden en la vida cotidiana, el planeta se esta acabando poco a poco lo hemos destruido,hemos acabado esos hermosos paisajes, esas hermosas vistas que hace mucho tiempo existian.
    El tema principal de este cuento es el derroche de agua y luz , ademas del desuido y maltrato forestal pero esto es una minima prueba de las diferentes cosas con las que nosotros dañamos dia a dia y poco a poco nuestro planeta, podemos ver ahora facilmente la contamiacion auditiva, ver a las personas derramar petroleo en los principales mares,y caminar diarimente en infinidades de basura; pero aun sabiendo esto nadie reflexiona y comienza a cambiar, de pronto no nos damos cuenta del terrible daño que nos estamos causando a nosotros mismos. por eso pienso que primero debo empezar por mi ya que yo hago parte de una gran poblacion y si uno comienza a cambiar es un ejemplo ante los otros para que estos lo hagan.
    Mayra Alejandra Rivera Arias 11-3

    ResponderEliminar